Una burbuja de hospitalidad.
Los autocaravanistas que visiten el Penedès y el Subirats tienen suerte. Mientras en otras zonas de España y de la propia Cataluña las zonas de pernoctación brillan por su ausencia, a pesar de que la ley lo permita, mientras no se desplieguen elementos más allá de la propia autocaravana, algunas de las bodegas de la zona del Subirats se han proclamado AC friendly y ya cuentan con señalización adecuada para ello.
Se trata de fomentar el enoturismo ofreciendo la posibilidad de estacionar y pernoctar dos noches como máximo, y de manera gratuita, en las fincas de alguna de las bodegas de la zona. Aunque no cuenten con los servicios propios de un camping, la oferta es muy atractiva. Así que con el plus de pasar una noche, o dos, entre viñas y bodegas, la idea de recorrer el Penedés es más que apetecible.
El cava es motivo suficiente para montar una escapada. Una de las bodegas que se han adherido a la causa es la Bodega Castellroig, donde aconsejan llamar si la hora de llegada es fuera del horario laboral. Llegamos a ella desde Sant Sadurní d’Anoia, por la carretera que discurre paralela a la A7. Vale la pena comenzar el recorrido por la zona dedicándole un tiempo a Sant Sadurní.
Aquí vamos a encontrar nombres que suenan a burbujas y alegría. La visita a Segura Viudas, ejemplo de la arquitectura tradicional de la zona, no defrauda. Aquí se encuentran las bodegas Freixenet, que se dejan ver desde el AVE y a pie de viñedo. Y también Codorniú, que no se queda atrás compitiendo con impecables dominios y con la ruta por sus edificios modernistas, obras casi interminables del arquitecto Puig i Cadafalch entre 1895 y 1915.
Fuera del pueblo, al llegar a la bodega que regentan los Sabaté i Coca, padre e hijo, descubrimos que el negocio va más allá del valor puramente enológico. La masía se abre al público que valora la historia del cultivo de la vid en la zona y que se interesa por conocerla en su pequeño museo privado, creado y conservado durante generaciones. Por supuesto que además de catas de vino y cava y visitas a sus bodegas, desde hace poco ofrecen su finca para aparcar la autocaravana y pasar la noche con la paz del campo y entre viñedos, eso sí, previo aviso y gratuitamente. La bodega Castellroig entonces es un buen punto de referencia para adentrarnos en el Penedés.
Pero la belleza del lugar está en los pequeños lugares. Continuamos el camino por esta comarca tan acogedora y con numerosas familias viticultoras que han sabido sacar lo mejor de su tierra, hasta Vilafranca. Es ineludible el Vinseum o Museo de las Culturas del Vino de Cataluña, situado en un bonito palacio del siglo XII, junto a la escultura de los castellers, personajes que también abundan en ciudad, catalanes, nunca mejor dicho, de pura cepa.
Pero si es por llegar tan alto como los atrevidos castellers y tener buenas vistas, el campanario de la basílica de Santa María, el más alto de la región con casi 52 metros, es el sitio. En su interior se encuentra la veleta original, del siglo XVIII, con forma de ángel que coronaba el campanario, así como la matraca: el sistema que se usaba para llamar a los fieles durante la Semana Santa, cuando no se podían tocar las campanas.
Si es por disfrutar de las vistas, otro mirador imprescindible y al que se accede en coche es el Castillo de Subirats. Es un lugar espectacular. Se encuentra junto al Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta y la iglesia de Sant Pere, todos visitables, y se dice que es uno de los más antiguos de la comarca, con su historia documentada desde el año 917. Hay que quedarse a ver la puesta de sol, después de sacarle las correspondientes fotos a Montserrat, que define el horizonte de una manera espectacular.
El Castillo de Gelida, en plena Sierra de Ordal; el Cerro de la Roca, en Sant Martí Sarroca, con uno de los conjuntos monumentales románicos mejor conservados de Cataluña; y el conjunto histórico de Olèrdola, también son escenarios estupendos para “captar” atardeceres, todos además a tiro de la N-340 y de agradables carreteras secundarias que discurren entre viñedos.
De esta manera se llega a Sant Pau d’Orda, donde nos espera la bodega Albet y Noia,otra de las que permiten pasar la noche en la autocaravana. Los hermanos Josep María y Andoni son la cuarta generación de guardeses de Can Vendrell, ahora propietarios, pioneros en la fabricación de vinos ecológicos desde los años 80. Disfrutar de una copa de cava antes de dormir siempre es un valor añadido.
Y Además.
Otras direcciones.
Bodega Castellroig. Ctra. de Sant Sadurní d’Anoia a Vilafranca del Penedès (C-243a), km 1. Subirats. Barcelona. Tlf. 938 911 927
Albet y Noia. Can Vendrell de la Codina. Sant Pau d’Ordal. Barcelona. Tlf: 938 994 812